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lunes, 17 de diciembre de 2012

Capítulo diecisiete


– Toc, toc. ¿Se puede? – Louis reía al otro lado de la puerta.
– Entrad, pasad – Lauren les abrió y les saludó, ruborizándose al abrazar a Niall. – Este es mi hermano Kurt.
Todos sonrieron y le estrecharon la mano, murmurando un “encantado”, “qué tal” y derivados. Pero yo me fijé en Harry, cuya sonrisa se había ensanchado al ver a Sophie y que se convirtió en una fina línea al ver la cintura de ésta rodeada por el brazo de Kurt.

Al otro lado de la habitación, aparentando indiferencia.
Sophie estaba preciosa. Se había hecho algunos tirabuzones en el pelo y su melena rubia caía a un lado de su cara. Le brillaban los labios, fruto de algún lápiz de labios y los ojos estaban enmarcados por una línea azul. Llevaba un chaleco fino, ancho, cuyo tono de azul iba aumentando a medida que bajaba. Unos vaqueros claros rasgados y unas zapatillas a juego con el chaleco completaban el conjunto. Lo único que estropeaba aquella preciosa imagen era la manga verde que asomaba por detrás de su espalda, rodeándola. Pertenecía a la sudadera de un chico moreno, con el pelo de punta que se llamaba… ¿Kurt? Sí, creo que era eso. Ni si quiera aparentaba ser consciente de estar casi abrazando a la chica.
Di dos zancadas cruzando la habitación y me situé frente a ella.
– Hola, bonita – le dije, colocando mis manos en sus caderas.
– Hola, Harry – respondió, imitando mi tono. Bajó la mirada y terminó de abrazarme, desprendiéndose así del brazo del tal Kurt.
Nos separamos justo a tiempo de ver cómo Zayn levantaba la barbilla de Alison y la besaba. Me obligué a apartar la vista de aquella pastelosa visión y mis ojos se encontraron con los de Louis. Él ladeó la cabeza, interrogándome. Quizá había estado pendiente de cómo las emociones se habían ido reflejando en mi rostro. Solía mofarse de mí diciendo que era como un libro abierto y que no podía esconder nada. Sacudí la cabeza, fingiendo que me colocaba el pelo, indicándole que todo estaba bien. Me sonrió, y eso me tranquilizó.
– Bueno, bueno. – la voz de Liam se escuchó por encima de las demás y todos prestamos atención. – ¿A dónde queréis ir hoy?
– Nando’s – Niall sonreía. Esa era siempre su sugerencia.
– Oye, pues sí, a mí me apetece ir también – coincidió Lauren y Niall la besó en la mejilla.
–Por mí bien, la comida está bien y cerca hay bastantes clubs – razonó Sophie y Alison asintió a su lado.
– ¿A Nando’s entonces? – quiso asegurarse Louis.
Todos dijimos que sí, unos con más energía que otros. Salimos de casa de Lauren y me coloqué al lado de Kurt. Iba a darle una oportunidad.
– Eras Kurt ¿no?
– Sí, y tú Harry, ¿verdad? – rió – Mi hermana se pasa las horas hablando de todos vosotros.
– Ah… – no supe qué añadir, así que cambié de tema. – ¿A qué te dedicas?
– Estudio en la universidad y trabajo en una tienda de música.
– ¿Sí? Y ¿tocas algún instrumento? – en realidad era un chico simpático.
– La guitarra eléctrica y un poco el bajo – se encogió de hombros, quitándole importancia.
– Qué guay – admití.
– Siento interrumpir – Sophie había retrocedido hasta donde estábamos y me miraba – pero Harry y yo tenemos una conversación pendiente.
– Cierto – agarré la mano que esta me tendía y sonreí a Kurt – Luego hablamos.

Detrás de todos, caminando
– ¿Has vista la sonrisa que pone Sophie cuando habla con Harry? – me preguntó, entrelazando su brazo con el mío.
– Sí, y también he visto la de él… Y la de tu hermano.
– ¿Qué sugieres, Nialler?
– Nada, nada, sólo comentaba lo que veo…
Dejó estar el tema y se limitó a caminar agarrada a mí, sin parecer darse cuenta de lo que eso me provocaba a mí.
Llegamos a nuestro destino tras caminar un poco más. Zayn, que iba el primero, pidió mesa para los nueve y en seguida nos sentamos en una redonda, Louis el primero, a su lado Harry, luego Sophie, Kurt, Liam, Zayn, Alison, Lauren y yo.
Pedí unas alitas de pollo y Lauren lo mismo, porque decía que segur que si compartíamos no le dejaría ninguna.
– ¿Cómo vas de exámenes? – pregunté para iniciar una conversación inocente hasta que llegara la cmida.
– Bien, bien – dijo sin mucho interés. – El martes que viene es el último y el tiempo que quede lo dedicamos a no hacer nada en absoluto. Se encogió de hombros y estiró el brazo para alcanzar nuestras bebidas.
– ¿No hacéis nada? – me extrañé.
– Bueno, – sorbió por la cañita mientras hacía un gesto con la mano, como quitando importancia a lo que decía – preparamos la fiesta de fin de curso, que es el viernes 8 de junio, en dos semanas, el 17 nos dan las notas y ¡verano!
– ¿Entonces tenéis dos semanas nulas? – pregunté
– No, a ver, damos algo de materia – intervino Alison – pero no es importante, es un poco de refuerzo. ¿Por qué lo preguntas?
– Ah, no, por saber qué hacéis y si es muy distinto a lo que hacía yo antes de presentarme a The X Factor. – mentí. En realidad quería saber si las siguientes semanas eran esenciales para ellas o no.

En otro lugar de la misma mesa
Observaba a mis amigos y medio escucha sus conversaciones, participando de vez en cuando. Kurt, Sophie y Harry discutían sobre estilos musicales. Harry acariciaba la mano de la chica y a ella no parecía importarle, a diferencia de a Kurt, que miraba de vez en cuando en esa dirección ¿molesto? ¿incómodo? No sabría definirlo. Alison y Zayn reían y se decían cosas al oído. A él se le veía feliz como hacía tiempo que no estaba. Louis picaba a Lauren al otro lado de la mesa y Niall se le acababa de unir, pero ella sabía defenderse y tenía salidas para todo. Me reí disimuladamente y saqué el móvil. Tenía un mensaje de Danielle pidiendo perdón por no poder cenar con nosotros, pero diciendo que quizás habría acabado a tiempo para que bailáramos juntos después. Sonreí para mí.
La camarera llegó en ese momento con la comida y las conversaciones medio cesaron. Una vez tuvimos cada uno nuestros platos, les miré y me aclaré la garganta.
– Bueno, chicos, sobre todo las chicas, escuchadme un momento. – comencé. – Tenemos algo que proponeros. Como buenas directioners que sois, sabréis que One Direction está de vacaciones hasta mediados de julio, que es cuando empezaremos a grabar las canciones de nuestro próximo disco.
– ¿Cómo se va a llamar? – interrumpió Lauren, pero Niall la hizo callar. – Perdón, sigue.
– Londres está genial como lugar de vacaciones, – continué – pero no para nosotros, que llevamos viviendo aquí algún tiempo, así que nos gustaría cambiar un poco de aires.
Hice una pequeña pausa para añadir emoción a aquello que me disponía a comunicarles. Todos me miraban, las tres chicas expectantes.
– Los chicos y yo hemos decidido irnos una de las próximas semanas de junio a Manchester – sonreí ampliamente – y queremos que vengáis con nosotros.


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