I Love 1D -->

jueves, 10 de mayo de 2012

Capítulo cinco

Una vez fuera, me paré en medio de la calle, aun con la respiración agitada. Los alrededores del pabellón estaban casi vacíos. Habíamos sido las últimas en salir del backstage. Miré a Lauren, que se tapaba la cara con las manos. Respiré hondo un par de veces y me giré por completo hacia donde estaba mi amiga.
- ¡Guau! ¡Qué pasada! –fue lo único que pude de decir.
- Ha sido… No soy capaz de describirlo. De momento, dejémoslo en perfecto.  – Lauren se secó las lágrimas, que por fin parecían haberse decidido a salir y corrían ahora por sus mejillas.
- Oh, vamos, no llores. – Ella no era de las que lloraba, siempre iba de fuerte y solía ser la que consolaba a los demás. Supuse que la emoción le había podido. La abracé, y al poco se separó de mí, sonriendo.
- Voy a llamar a Sophie. Se va a quedar a dormir con nosotras.
- ¿Fiesta de pijamas? – pregunté, riéndome, mientras Lauren sacaba el teléfono y llamaba.
- ¡Hola, Sophie!
- Lauren, a lo mejor no la dejan, lo estás planeando todo sobre la marcha…
- ¿Te vienes a mi casa a dormir? – mi amiga me lanzó una mirada de reproche y se llevó un dedo a los labios, haciéndome callar.

En ese mismo momento, al otro lado del teléfono
-  ¿Yo? Lauren, no sé si van a dejarme.
- ¡Pregúntales! Diles que hace mucho tiempo que no te quedas, que quieres hablar del concierto, y bueno, convénceles. Siempre lo haces.
- No llevo pijama. – me reí. Iban a dejarme, lo sabía. Llevaba sin hablar con mi padre mucho tiempo. Estaría encantado de dejarme ir si sabía que así me haría feliz. Me habría dejado hacer cualquier cosa con tal de verme bien. Y de todas formas, si no me daban permiso, Lauren me raptaría, no iba a aceptar un ‘no’ por respuesta.
- Venga, ese no es problema, te dejo yo uno.
- Tía, cuelga, deja que Sophie llame para que le den permiso- escuché la voz de Alison de fondo.
- ¡Ay, es verdad! Te esperamos en el cruce que hay antes de llegar a mi casa. ¡Llámame cuando te den una respuesta! – colgó, sin dejarme responder.
Suspiré. Mis amigas estaban locas. Cómo las quería. Busqué el teléfono de mi padre en la agenda, lo seleccioné y llamé. Un pitido, dos, y finalmente, alguien descolgó al otro lado.
- Sophie, hola, ¿cómo estás? ¿Necesitas que te recoja? – sonaba preocupado.
- No, a ver, te llamo porque mi amiga Lauren me ha invitado a dormir a su casa. Han estado también en el concierto y bueno, tenemos cosas que contarnos. – Sobre todo tendrían que contarme su encuentro con los chicos. Suavicé un poco la voz y continué hablando. - ¿Me dejas ir, papá?
- ¿A dormir? – vaciló unos segundos antes de responderme.- Claro, sí, quédate. – Sonreí para mí, sabía que me dejaría.
- Vale, muchas gracias. Adiós.
- ¡Espera! – mi padre habló justo antes de que colgara. – Si necesitas algo, lo que sea, llámame.
- Está bien. – acepté. – Hasta luego. – dije, y colgué.
Eché a andar en dirección a casa de mi amiga, sin dejar de pensar en el concierto. Había gritado como nunca, bailado y saltado. Habían conseguido hacer que mis problemas desaparecieran durante dos horas y media. Ellos siempre lo conseguían.

Envié un WhatsApp a Lauren diciéndole que ya iba para allá, que me habían dejado. En menos de dos minutos estaba en el cruce y se acercaron para saludarme.

- Bueno, ¿qué os ha parecido? – pregunté mientras seguíamos avanzando para llegar a la casa de nuestra amiga.
- Una auténtica pasada. – Alison fue la primera en responderme. – Si ya les quería antes, imagínate ahora.
- Es que, es todo, sus caras, sus voces, sus sonrisas, las canciones – Lauren hablaba deprisa, moviendo las manos. – Bueno, estabas allí, lo viste todo.
- Sí, pero no pude abrazarles. – las piqué, pero en seguida me reí. – Contadme como fue, venga.
- Eso dentro. – Lauren sacó las llaves una vez estuvimos en la puerta de su casa. Giró la llave dos veces y nos hizo pasar.

- Hooooola, ya hemos vuelto. –saludó.
- ¿Cómo lo habéis pasado? – La madre de mi amiga se nos acercó, sonriendo. Estaba en pijama, y tenía cara de sueño. Se había quedado despierta para esperar a su hija. Qué buena  era. Todo ese amor de madre se me clavó un poco dentro, pero dejé de pensar en ello. Acepté los dos besos que me dio Helen y seguí a mis amigas escaleras arriba, hacia el cuarto de la anfitriona.

- Tu madre es un cielo, Lauren, no sé cómo puedes quejarte – le dije, una vez dentro de la habitación, mientras soltaba mis cosas en el suelo.
- Se comporta así porque estáis vosotras. – nos dijo, pero no le dio más importancia. Sacó un pijama de uno de sus cajones y me lo tendió. – Toma, supongo que te irá bien.


Nos cambiamos las tres y Lauren salió del cuarto para coger un colchón de la habitación de su hermano. Volvió al poco, arrastrándolo por el pasillo y resoplando.
- ¡Gracias por ayudarme todas! ¡Sois geniales! – ironizó.
 Alison se rió y la ayudó a meter el colchón en el cuarto. La habitación era bastante espaciosa y cabíamos las tres de maravilla. Colocamos las sábanas sobre el nuevo colchón y sacamos la cama de la  litera en la que dormía Lauren. Una vez estuvo todo listo, me senté cruzando las piernas sobre el colchón y las miré, expectante.

Me contaron toda la historia con pelos y señales. Interrumpí de vez en cuando para reiterar la envidia que les tenía, pero siempre riéndome. Cuando acabaron, estaba casi tan emocionada como mis amigas.
- ¡Qué suerte que tenéis! – les dije, lanzándome sobre ellas y tumbándolas sobre la cama.
- ¡Ay, Sophie, quita, me haces daño! – Alison se reía, intentado deshacerse de mí.

Una vez nos recolocamos, ésta nos miró, sonrojándose.
- ¿Qué pasa?
- Bueno, hay algo más que no os he contado a ninguna – confesó.

Unos minutos antes, en el interior de un camerino.

   - Oye, Zayn, llámame un segundo, quiero escuchar cómo suena mi nuevo tono de llamada. – Louis me sonrió y me lanzó mi BlackBerry, que hasta entonces había estado sobre la mesa. Fui a llamadas recientes para llamar a mi amigo, pero vi algo que me sorprendió.
   - Eh, ¿habéis estado jugando con mi teléfono? – pregunté, a nadie en especial. Siempre me decía que tenía que ponerle contraseña, pero acababa olvidándolo.
   - Qué va. – Niall se me acercó y se sentó en el brazo del sillón en el que yo estaba, mirando mi móvil. - ¿ ‘Call me maybe’ ? Tío, ¿quién es ese? ¿Por qué tienes un contacto que se llama así? – Empezó a reírse, sin quitar la expresión de desconcierto de su rostro.
   - No tengo ni idea, Niall, no sé quién es. Yo no lo he guardado.
   - ¿No?- pareció creerme.-  Y bueno, ¿no tienes curiosidad? En fin, es un nombre ingenioso, ¿no quieres saber quién es?
   - No sé, yo... Supongo que sí. –admití. ¿A quién se le habría ocurrido guardar su número en mi móvil como ‘Call me maybe’?
   - Pues sólo hay una forma de averiguarlo – me dijo, y sin más, pulsó el botón de llamada.

Segundos antes, en una improvisada 'fiesta' de pijamas.

   - Un momento, ¿nos estás diciendo que tienes el teléfono de uno de los chicos guardado en tu móvil? – Lauren me miraba, incrédula.
   - Sí, sí, más o menos – le respondí, tapándome la cara. Había sido algo estúpido, yo no solía hacer cosas como esa.
   - No conocía esa faceta tuya. – Sophie sonreía. –Robas teléfonos y les añades tu número con un nombre misterioso.
   - Bueno, ¿qué iba a hacer? ¿Dejarlo allí sin… - comencé, pero mi frase se vio interrumpida por las primeras notas de Drunk, de Ed Sheeran, y la pantalla de mi móvil se iluminó. ‘1D , llamada entrante’, se podía leer. Los latidos de mi corazón se acelelraron y me apresuré a cogerlo. Intentado que mi voz sonara tranquila, hablé.
   - ¿Sí? ¿Quién es? – pregunté
   - ¿Quién eres tú? – me dijo, desde el otro lado del teléfono, la inconfundible voz de Zayn Malik.



1 comentario:

  1. Zayn, I just met you, and this is crazy, but here's my number, SO CALL ME MAYBE. Como no llamara iba yo mismo a hacer que os llamara. JAJAJAJAJA. Oye, perfecto <3.

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