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sábado, 9 de junio de 2012

Capítulo ocho



Nada más terminar el desayuno, las tres nos vestimos con vaqueros y camisetas simples, dispuestas a salir de compras y arrasar con todo. En realidad no necesitábamos comprar nada, podíamos vestirnos con algo de lo ya teníamos y disponíamos de tres armarios entre los que elegir, pero no nos convencía nada. Además, llevábamos mucho tiempo sin salir juntas.
Fue todo un poco raro. Éramos inseparables, casi como hermanas. Nos contábamos todo, absolutamente todo. Pero de repente, un día hace unos cuatro meses, Sophie se alejó de nosotras. No contestaba al teléfono. No respondía nuestros mensajes, no nos hablaba en el instituto. Alison y yo pensamos que habíamos hecho algo mal, pero por más vueltas que le dimos, no conseguimos encontrar ningún momento en que nos hubiéramos enfadado. Así que lo dejamos estar. ‘Si le importamos algo, volverá’ pensamos. Y volvió, apenas un mes después de que nos distanciáramos, como si nada hubiera pasado. No le hicimos preguntas, no pusimos objeciones. Nos alegrábamos de tenerla de vuelta y no íbamos a obligarla a que nos contara por qué había dejado de hablarnos. Lo importante es que volvíamos a ser tres.
Las cosas seguían un poco raras entre nosotras y sentíamos que de alguna forma, Sophie intentaba recompensarnos por lo que había hecho. Pero a lo mejor eran sólo impresiones mías.
Me despedí de mi hermano, cogí las llaves y salimos de casa en dirección al centro comercial. Me probé una blusa celeste que podía combinar con mis vaqueros desgastados y con las converse, y me gustó como quedaba, así que decidí comprarlas. Alison cogió unos pitillos rosa claro y una camiseta con florecitas y Sophie eligió unos pantalones blancos y una camiseta lila en la que ponía ‘I still believe in you’. Satisfechas, fuimos a pagarlo todo a la caja, pero Sophie no nos dejó. Sacó su tarjeta de crédito y dijo que invitaba ella. No quería que nos lo comprara, no era justo, pero insistía mucho.

- ¡Venga, Lauren, es un regalo!
- Me niego, déjame pagarlo a mí.
- Vamos, no os peleéis. – Alison intervino. – Deja que lo pague ella, ya la invitamos luego a comer.

Acepté, a regañadientes. Odiaba deber cosas a la gente. Aunque sólo fueran doce libras. Nunca me había gustado recibir regalos sin un motivo. Pero al igual que mis amigas sabían esto de mí, yo sabía que cuando se les metía algo en la cabeza, nada iba a conseguir que lo dejaran estar. Cuando salimos de la tienda, abracé a Sophie y grité que era la mejor del mundo. Nos reímos y volvimos a mi casa, a comer y a prepararnos para jugar a los bolos.

Cinco y media de la tarde, preparados para salir.

- ¿Lo tenéis todo? – preguntó Liam, tocándose los bolsillos y comprobando que su móvil y las llaves estaban ahí.
- Sí, tranquilo. – le dije. Siempre se preocupaba mucho por los demás. – Oye, ¿habéis reservado la pista?
- Danielle dijo que sí, que habían reservado una para los diez. – me dijo Liam.
- ¿Quién conduce hoy? – Harry bajó las escaleras terminando de abrocharse el cinturón.
- Tenemos que llevar dos coches. Coge tú el tuyo y ve con Zayn a recoger a las chicas. Yo cojo el mío y recojo a Eleanor. Niall, Liam y Danielle se vienen conmigo. – expliqué.
- No, no, Danielle y yo vamos en el coche de ella. Vienen las dos para casa, si quieres pues llevas tú a tu novia en tu coche.
En ese momento, un coche pitó desde la calle. Escuchamos como se abría una de las puertas y Zayn abrió la de casa antes de que Eleanor llamara. Les abrazó a todos y me besó.
- ¿Nos vamos ya? – nos sonrió a todos, que asentimos con la cabeza. Salimos de casa y nos dispusimos tal como yo había dicho en los coches.

En el interior de un coche.

-Harry, creo que te has confundido.
- No, no me he confundido, me has dicho que gire a la izquierda y he girado. – mi amigo se estaba empezando a enfadar.
- Oye, tranquilo, es que no veo el nombre de la calle que me dijo Alison… – miré por la ventanilla, buscando el cartel que decía ‘Warvick Street’. Lo encontré. Vale, número catorce. – Sigue por aquí, vamos bien. Busca el catorce y párate.
- ¿Ves? Te dije que no me había confundido.
Paramos el coche delante de su casa. ¿Qué hacía ahora? ¿Llamar a la puerta? ¿O las llamaba al móvil para que salieran? No, eso sería cutre. Mientras yo pensaba en cómo avisarlas, Harry se había bajado del coche y se había colocado en mi ventanilla.
- ¿Vienes o qué? – dijo, pronunciando bien todas las letras, para que le leyera los labios.
Me reí y abrí la puerta, con cuidado de no darle a mi amigo. Nos acercamos a la casa y llamé al timbre. Escuché pasos y trozos de frases y finalmente, alguien nos abrió.
- ¡Hola! ¿Queréis pasar? Alison todavía no está lista. – Lauren nos miró a ambos y buscó un poco con la mirada para ver si venía alguien más.
- Bueno, vale, pasamos. El resto van ya de camino hacia la bolera – le dije, acercándome y dándole un beso en la mejilla.
- Oh, lo siento. Es que mis amigas tardan mucho. – parecía avergonzada, pero enseguida sonrió y avanzó hacia Harry. – Hola, ¿qué tal?
- Todo bien, todo bien – le dio también un beso y pasó conmigo.
- Bueno, esta es mi casa. – era bastante amplia y tenía unas escaleras para acceder a la parte de arriba. La seguimos hasta el salón, donde había una chica que en seguida se levantó para saludar.
- Hola Harry, hola Zayn – estaba nerviosa, y no pude evitar reírme un poco. Habíamos invitado a unas fans a venir con nosotros a la bolera. Qué locura.
- Hola Sophie – recordaba que Alison dijo que se llamaba así. – Me acerqué y la saludé. Harry hizo lo mismo, y vi que se sonrojaba. Mi amigo solía causar ese efecto en las chicas.
- ¡Alison, baja ya! ¿Cuánto tiempo llevas preparándote? ¡Ni que fuéramos a una boda! – Lauren gritaba a las escaleras.
- ¡Ya estoy, ya estoy! – oí que gritaba, mientras bajaba precipitadamente. Llegó al salón y me volví para saludarla.  
Iba muy guapa. Llevaba el pelo rubio recogido en la mitad de la cabeza y muy poco maquillaje. Me acerqué a saludarla y le di un beso. Olía genial.
- Hola chicos. Perdón por tardar – me sonrió y se acercó a Harry.
- La espera ha merecido la pena – mi amigo la cogió de la mano y la hizo girar sobre sus bailarinas blancas. Luego la abrazó y nos miró a los demás - Bueno, ¿listos, no?

Dentro de la bolera, recién llegados.

Me había pasado todo el camino en coche tarareando las canciones que sonaban en la radio. Harry me había mirado a través del retrovisor y me había sonreído. Qué simpático era en persona también. Todo esto seguía sorprendiéndome. Mis amigas les hablaban tranquilamente, pero a mí la voz apenas me salía. Aunque intentaba mentalizarme de que tan sólo eran chicos, famosos, pero chicos al fin y al cabo.
Una vez hubimos saludado a todos los allí presentes, fuimos a por nuestros botines de jugar a los bolos. Oí a Lauren quejarse, diciendo que a saber quién había usado eso zapatos antes que ella y que qué asco. Niall se rió con ella. Congeniaban genial.
El juego empezó. Éramos dos equipos. Harry, Louis, Eleanor, Niall y yo en uno y los demás en el otro. Lauren gritaba cada vez que el turno del irlandés llegaba, para desconcentrarlo. Nos reíamos cada vez que pasaba y Niall seguía haciendo plenos. Se le daba muy bien. Alison consiguió por fin hacer uno y abrazó a Zayn, creo que instintivamente y dejándose llevar por la felicidad, porque cuando se retiró estaba muy roja. Me reí con toda aquella situación.
Llegaron las siete y media y la música empezó a sonar con más fuerza. Era mi turno. Eleanor me dijo ‘¡Vamos, tienes que hacer pleno!’ justo cuando solté la bola. Y lo hice. Pleno. Grité y salté y noté unos brazos rodeándome por detrás. Me volví y vi a Harry, con su preciosa sonrisa.

- Vamos a ganarles, gracias a ti, eh.
- Creo que solo ha sido suerte. Aunque igual ha sido la canción… -le dije, parándome a escuchar y ambos volvimos a reírnos, porque sonaba What Makes You Beautiful.

Zayn tiró todos sus bolos a la segunda vez. El resto del equipo aplaudió. Louis no consiguió tirarlos y luego Liam hizo pleno. Íbamos empatados. Harry no los derribó y se quejó un poco. Era bastante competitivo. Danielle tampoco lo consiguió y fue haciendo pucheros a Liam, que la abrazó. Niall volvió a hacer un pleno y sacó la lengua a Lauren, que dijo algo que sonó como ‘te vas a enterar ahora, little leprechaun’. Cogió la bola, respiró hondo y justo antes de lanzarla, empezó a sonar una nueva canción. Call me maybe, de Carly Rae Jespen. Volvió la cara hacia nostras, primero a Alison que acababa de deshacerse de los brazos de Zayn que la rodeaban y se tapaba la cara, riéndose sin parar. Yo comencé a reírme también, muchísimo. El resto nos miró sin comprender, hasta que Zayn pareció darse cuenta del motivo de nuestras risas y se unió, junto con Niall.

- Hey, I just met you, and this is crazy – empecé a cantar.
- But here’s my number, ¡so call me maybe! – continuó Alison, entre carcajadas.
Lauren mientras había aprovechado para hacer pleno y ahora cantaba con más alegría. Danielle y Liam la observaban, divertidos.
- ¡Os hemos ganado! ¡Te lo dije Nialler, soy mejor que tú! – le gritó de pronto.
- Que te lo has creído… - empezó a perseguirla y aunque mi amiga era rápida, Niall no tardó en alcanzarla y atraparla entre sus brazos. Lauren pataleó un poco para soltarse y acabaron riéndose de nuevo
Sacudí la cabeza, mirándoles. Era como si volvieran a tener diez años. Otra canción empezó a sonar, pero esta vez, en mi móvil. Pensé que sería mi padre, preocupado al no haber tenido noticias mías desde anoche. Contesté sin tan siquiera mirar el nombre en la pantalla.
- Hola – dije, cansada. La conversación no había empezado y ya tenía ganas de acabarla.
- Hola cielo. ¿Cómo estás?

Me quedé paralizada. La voz que sonaba no era la de mi padre. No, era una voz muy distinta. Una voz con cierto acento belga, una voz que llevaba cuatro meses sin escuchar. La voz de mi madre.

2 comentarios:

  1. La madre que la parió, nunca mejor dicho. Oye, la partida, y el momento de felicidad y el abrazo a Zayn, ha sido genial. Un capi adorable.

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  2. hasta este capitulo va genial teresa me encanta tu novela

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