Mientras tanto, en la cocina de Lauren
- ¿Vas a querer cereales? –
pregunté a Sophie, que se desperezaba por segunda vez en medio de mi cocina.
- ¿Yo? – un bostezo le
impidió seguir hablando. – Ay, sí, perdona, cereales, claro. Es que, tengo
sueño ¿sabes?
- Ya, bueno, yo también
estoy cansada. – miré a mi alrededor para preguntarle a Alison qué le apetecía,
pero no la encontré.
- Alison está hablando por
teléfono – respondió Sophie a la pregunta que no había formulado.
Asentí con la cabeza y
preparé tres cuencos de cereales. A todas nos gustaban y si Ali quería otra
cosa, que hubiera venido. ‘Qué solicitada está’, pensé. ¿Quién la llamaba a las…?
¿Qué hora era? Mi reloj marcaba las diez. Sus padres no, sabían dónde estaba.
‘A lo mejor vuelve a ser Zayn’, pero claro, ¿cómo iba a ser él? Sacudí la
cabeza para quitarme esas ideas. ¿Qué iban a querer los chicos con nosotras? Me
volví hacia la puerta sujetando una bandeja con el desayuno y la llevé hacia la
mesa. En ese mismo momento nuestra amiga entró en el comedor, con las mejillas
sonrojadas y una inocente sonrisa adornando toda su cara.
- Genial, pues les pregunto
y te llamo. – nos miró, sonriendo abiertamente. Creo que intentaba contenerse
las ganas de gritar.
- ¿Quién es?
- Vale, gracias por
decírmelo, hasta luego… Zayn. – ese nombre lo pronunció mirándonos a ambas,
para que supiéramos quién era. Sophie se tapó la boca, ahogando un chillido.
Vimos como colgaba y nos
precipitamos encima suya. Casi lancé los desayunos sobre la mesa, pero ninguno
se cayó.
- ¡No os lo vais a creer! –
empezó, dando saltitos por el comedor. - ¡Zayn quiere que vayamos con ellos a
la bolera esta tarde!
- ¡¿Cómo?! ¡Te lo estás
inventando! – no daba crédito a lo que oía.
- No, no me lo estoy
inventando. – parecía que por fin había conseguido calmarse. – Os lo cuento,
pero no pongáis en duda nada de lo que os cuento. Porque es todo verdad. –
sonrió, sentándose sobre una de las sillas y acercándose un bol de cereales,
dispuesta a hablar. La imitamos y comenzamos a escuchar su historia.
A las nueve y media, esa misma mañana
Me desperté, sonriendo.
Hacía tiempo que no me despertaba tan feliz. Al principio incluso me costó
averiguar los motivos. Pero entonces, todas las imágenes de la noche anterior
se agolparon en mi cabeza, provocando una pequeña carcajada por mi parte. Me
tapé la cara con ambas manos y me incorporé sobre mí misma. Mis amigas seguían
dormidas. ‘Qué adorables parecen cuando duermen’, pensé. Fui al baño, me
cepillé un poco el pelo y me miré en el espejo. Intenté parar de sonreír. No lo
conseguí. Las sonrisas de los chicos mirándonos no se me iban de la mente. Y lo
mejor de todo es que no había sido un sueño.
La voz de Ed Sheeran
interrumpió mis pensamientos. Sonaba en el cuarto de Lauren la canción de
Drunk, igual que la noche anterior. Corrí para descolgar antes de que mis
amigas se despertaran. Sophie abrió un ojo e hizo una sugerencia un poco
obscena sobre dónde podía guardarme el móvil. Me reí, mandándola a dormir,
mientras me colocaba el teléfono en la oreja, sin tan siquiera mirar quién era
el que llamaba.
- ¿Sí?
- Hola Alison, ¿te he
despertado? – podía distinguir esa voz sin ningún esfuerzo.
- No, ya estaba despierta. -
¡Zayn! Debía acabar de batir alguna clase de récord. Dos llamadas del famoso DJ
Malik en apenas ocho horas. Respiré hondo e intenté aparentar tranquilidad.
‘Como si fuera lo más normal del mundo’, me dije. - ¿Qué pasa?
- Nada, es que nos
preguntábamos si a tus amigas y a ti os apetecería venir a la bolera con
nosotros esta tarde. - ¿Estaba nervioso?
- ¿Con vosotros cinco? – era
una pregunta estúpida, pero no quería decir que sí tan pronto.
- Bueno, en realidad somos
siete. Eleanor y Danielle también vienen.
- Ah, genial. Pues creo que
sí que podemos, aunque supongo que tendré que preguntar a Lauren y Sophie, por
si tienen algo que hacer. – daba igual si tenían que hacer algo. Nada era más
importante y maravilloso que una tarde jugando a los bolos con One Direction.
- Claro, pues pregúntales y
me lo dices, ¿vale?
- Por supuesto. ¿Te lo digo
por WhatsApp o prefieres que te llame? – acababa de caer en que tenía el
WhatsApp de Zayn. Qué fuerte.
- Prefiero que me llames,
tendrás que decirme dónde os recogemos y todo. – me respondió.
- Genial, pues les pregunto
y te llamo. –le dije, a la vez que entraba en el comedor, bajo la atenta mirada
de mis amigas.
- ¿Quién es? – me susurró
Lauren. Me llevé un dedo a los labios para que se callara, no me dejaba
escuchar el teléfono.
- … sobre las seis, y
supongo que cenaríamos fuera. Nos encantaría que vinieseis, de verdad. –estaba
diciéndome.
- Vale, gracias por
decírmelo, hasta luego… Zayn. – respondí, y escuché el grito de Sophie. Colgué,
riéndome, esperando que no lo hubiera escuchado. Mi actuación de ‘hablar con mi
ídolo es lo más normal’ había quedado genial bajo mi punto de vista y no iba a
permitir que sus gritos la estropearan. Pero yo también me moría de ganas por
gritar, así que empecé a hablar antes de que se me tiraran encima.
Alrededor de la mesa, incrédulas.
- Esto es muy fuerte. ¿Y por
qué no le has dicho que sí directamente? – pregunté cuando Alison terminó de
hablar, llenando mi cuchara de cereales por última vez.
- Porque a lo mejor teníais
pensado hacer otra cosa esta tarde…
- Oh, claro, Sophie, ¿cómo
se nos ha podido olvidar? ¡Justin Bieber nos ha invitado a una fiesta privada
en Los Ángeles hoy! ¿O era esta noche la entrega de premios a la que nos invitó
Katy Perry? No sé, Alison, como nos llaman tantos famosos todos los días…-
Lauren se reía, pero miraba indignada a nuestra amiga.
- No quería parecer una loca
desesperada – se excusó.
- Dijo la que guardó su
número en el móvil de Zayn – le volvió a recordar Lauren.
- Dejadlo, chicas. –
intervine. Estaba demasiado contenta como para que empezaran a pelearse ahora.
– El caso es que vamos a ir esta tarde a la bolera con nuestros cinco chicos
británicos favoritos.
- Es cierto, es cierto. –
Lauren volvió a sonreír. – Dile a Zayn que venga a por nosotras a las cinco y
media más o menos.
- Vale. Pero ¿le doy la
dirección de tu casa o cómo? – nos preguntó.
- Obviamente. De todas las
personas que quiero que sepan la dirección de mi casa, creo que ellos ocupan
los cinco primeros puestos.
- Vale. Pero esa no es la
pregunta importante. Lo que de verdad tenemos que pensar es ¿qué vamos a
ponernos? – les dije, sonriendo.
Vaya pasada Te :3 Me encanta... ¡Qué lote de reir me he dado con lo de Justin Bieber y Katy Perry! Éste fanfic tuyo es asdfwsfgheghtr. Estoy deseando ver el próximo capítulo. *-*
ResponderEliminarDios, me muero, es que es genial *____*
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